¿Qué es el Yoga?

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El Yoga es una ciencia antigua pero perfecta. Tiene que ver con la evolución de la humanidad. Esta evolución incluye todos los aspectos del propio ser, desde la salud física hasta la realización de sí mismo.

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Yoga significa "Unión". La unión del cuerpo con la consciencia y de la consciencia con el Alma. El Yoga cultiva los medios para mantener una actitud equilibrada en la vida cotidiana e insufla destreza en la ejecución de las propias acciones.

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El Yoga no está vinculado a ninguna religión. Resulta apropiado para todo tipo de gente, en cualquier ubicación. Como el Yoga está interesado en la mejora de la vida de todo ser humano, puede considerarse como una religión y una cultura universal. Llega a los más ricos y a los más pobres, a las ciudades y a los rincones más remotos. No se necesita ningún lugar ni parafernalia especial. Solo requiere la voluntad de practicar y un espacio en el que poder hacerlo; incluso el propio hogar.

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A través de la practica yóguica, se aprende a distinguir lo esencial de lo no esencial, y a vivir una vida sencilla, honrada y pacífica. Como la meta de la humanidad es conocer al sí mismo, el Yoga ayuda a cultivar a la humanidad, independientemente de cuestiones de lugar, clase, casta y religión. 

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Según Patanjali (considerado el padre del Yoga, de la medicina y la gramática), Yoga es "citta vrtti nirodha". Citta es la consciencia que vibra, tanto si los pensamientos se mueven como si no. Vrtti son las fluctuaciones o movimientos y nirodha alude al acto de suprimir o eliminar. Yoga, según Patanjali, es la supresión de las fluctuaciones de la consciencia. Yoga es entonces un medio para alcanzar silencio interior.

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Según el Bhagavad Gita, cualquier acción diestra, es una presentación talentosa, es Yoga. En otras palabras, es una creación de equilibrio y armonía entre las diversas regiones y fronteras del cuerpo, la mente y la consciencia, con el núcleo del Ser. 

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Según el Yoga, la causa de la infelicidad es el ser interior entrando en contacto con observaciones externas. Una persona sabia aprende no sólo el arte del desapego, sino también a ver las cosas como un testigo. El Yoga utiliza todos los vehículos del alma para servir al núcleo del ser: los órganos de acción, los sentidos de percepción, la mente, la inteligencia, la consciencia. Esto conduce a experimentar el río de la tranquilidad, la esencia del fluir a través de todas y cada una de las células, sin que la alegría quede empañada por el dolor ni el placer. Tras experimentar la esencia de la beatitud incondicionada fluyendo en cada célula, se siente que la vida y la muerte son las dos caras de la misma moneda. El miedo a la muerte se pierde y se logra poner el foco en el crecimiento y evolución; y así, experimentar la libertad absoluta, sin polaridad.